Quienes pueden operarse

¿Por qué recurrir a la cirugía para tratar la obesidad?

Muchas de las enfermedades causadas por la obesidad dificultan la pérdida de peso que se requiere para que las mismas enfermedades generadas remitan. El cuerpo que tiene exceso de peso se acostumbra a funcionar con esa carga extra, por lo que es necesario mucho esfuerzo para revertir este equilibrio interno al que el organismo se encuentra habituado.

La combinación de una alimentación saludable y restrictiva, más ejercicio y medicamentos, pueden provocar una baja o pérdida de peso, pero aun así muchas veces esta baja no es suficiente para revertir las enfermedades asociadas, ni para lograr un peso que califique en Índice de Masa Corporal (IMC) normal. Es justamente en este punto donde la motivación para continuar el tratamiento por un periodo prolongado decae o simplemente se pierde. Es el momento en que médico y paciente deben considerar la Cirugía Bariátrica, comenzar los estudios pertinentes para ver si la persona califica como candidato/a para cirugía dando así una solución definitiva y permanente a su obesidad. Mente y cuerpo forman una unidad íntimamente relacionada. En esta condición anómala de obesidad y enfermedades relacionadas se debe considerar a la persona como un todo para tener pleno éxito en el largo plazo, donde el riesgo de presentar obesidad generalmente es siempre superior al riesgo de una Cirugía Bariátrica.

¿Para quienes está indicada la cirugía?

Requisitos para someterse a Cirugía de Obesidad o Diabetes

 

En general los candidatos para Cirugía Bariátrica deben cumplir con los siguientes requisitos:

  • Pacientes que no han bajado de peso con tratamiento médico
  • Pacientes con IMC (Índice de Masa Corporal) mayor de 40 kg/m2.
  • Pacientes con IMC (Índice de Masa Corporal) entre 35 y 40 kg/m2 con patologías asociadas.
  • Tener entre 15 y 65 años. En nuestro Centro de Obesidad CITOD hemos operado a personas de hasta 65 años que calificaron para esta cirugía.
  • No sufrir ningún problema psicoemocional o médico que pudiera aumentar innecesariamente el riesgo de la cirugía.
  • No debe ser adicto a drogas y/o alcohol o estar dado de alta de un programa de tratamiento con al menos un año de abstinencia.
  • Comprometerse y estar dispuesto a seguir los protocolos nutricionales, de ejercicio médico y controles de laboratorio indicados por el equipo médico. Debe participar en programas de seguimiento y mantener contacto permanente con el equipo médico tratante.