La teoría es sencilla. Cuando uno siente que ha comido suficiente, es muy probable que disminuya su sensación de hambre y ya no le apetezca comer más. El resultado es que quizás coma menos. La cirugía restrictiva de reducción de peso da como resultado que la cantidad de comida consumida en una misma ocasión sea mucho menor. Sin embargo, no interfiere con la absorción normal (o digestión) de los alimentos. En un procedimiento restrictivo, el cirujano crea una bolsa gástrica más pequeña en la parte superior del estómago. La bolsa, con una capacidad de aproximadamente 15 a 30 ml, está unida al resto del estómago a través de un orificio de salida conocido como “Bypass”. Si se cuenta con un paciente colaborador y dócil, la capacidad reducida del estómago, junto con los cambios en su comportamiento, pueden lograr una ingesta baja de calorías de manera sistemática y una reducción de peso también sistemática.

Durante la recuperación, los pacientes deben observar normas estrictas relacionadas con dietas específicas y otras restricciones que les señale el cirujano. Si bien estas normas pueden variar de un cirujano a otro, es importante que el paciente siga sus instrucciones cuidadosamente. Cuando llega el momento de reanudar la comida “normal”, el paciente debe saber adaptarse a una nueva manera de comer. En cada comida se deberá consumir aproximadamente media taza a una taza completa de comida para sentirse saciado.
Los pacientes que experimentan los mejores resultados de un procedimiento restrictivo son aquellos que aprenden a comer lento o en volúmenes reducidos y beben líquidos en forma lenta. Si el paciente no cumple estas nuevas normas de como debe alimentarse, podría recuperar peso arruinando el objetivo de la cirugía.
La efectividad de un procedimiento restrictivo se ve reducido por el consumo continuo de refrigerios o la toma de líquidos de alto contenido calórico y de grasas. El hecho de no lograr el nivel esperado de reducción de peso se debe normalmente a que el paciente deja de cumplir las modificaciones dietéticas y conductuales recomendadas, tales como: hacer más ejercicio y la asistencia regular a reuniones con el grupo de apoyo. Por eso las personas obesas que se someten a Cirugía Bariátrica para bajar de peso, deben tener claro que la cirugía es una parte importante en esta meta, pero el éxito final sólo se logrará si va acompañada de un compromiso personal del paciente para cambiar sus hábitos de por vida, manteniendo esta baja de peso en el largo plazo.